jueves, 6 de febrero de 2014

Brillo oscuro

















Fuimos tan fugaces, que ni la liebre nos vio pasar.
Tan veloces, que una estrella nos vio y pidió un deseo.

Yo te miraba como mi postre favorito, 
recreándome en la exclusividad de ese bocado.

Por un momento fuiste afortunado.
Tanto tiempo soñándote...
Tantas noches esperándote...
Ese mismo tiempo que alimentaba mis expectativas.

Y entonces pasó.

Lo único que recorrió mi cuerpo fue 
la desilusión tras el sabor tosco y salado de tu ser.

Fue un hola y adiós con sabor amargo.
Fue un trago mal pronunciado.

Mi tragedia con final feliz.



No hay comentarios:

Publicar un comentario