jueves, 28 de noviembre de 2013

Mi propia caverna



Me presenté a la nada,
Vacío era mi nombre,
Soledad mi apellido,
El negro mi color favorito,
El silencio mi canción,
La parca mi mascota,
 
La sombra mi compañía.
La luna mi sol,
Las tinieblas el viento,
Mi hogar, una cueva...


Mis ojos, no divisaban ni una escasa existencia 
de humanidad a mi alrededor en esa gélida cueva.
Mi piel, escarpada como de costumbre, 
lijaba todo aquello que tocaba, dándo un carente sabor a ausencia.
Finalmente intentaba aferrarme a algún aroma por insignificante que fuere, 
pero en vano para esta infructuosa nariz.

Y así pasaba el tiempo mientras me consumía...

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